La muerte

En sombras se sumerge el alma herida,
cuando la muerte viene a reclamar
el último suspiro de la vida,
dejando un frío eco en su lugar.

Silenciosa, su paso se desliza,
como un susurro en la eternidad,
sin prisa, con su manto nos avisa
que todo es fugaz nada es verdad.

No hay sollozos que la puedan detener,
ni plegarias que cambien su camino,
es la muerte el fin del largo viaje,
y el comienzo de un nuevo destino.

Nos arrebata con su beso helado,
sin distinción de tiempo o lugar,
pero en su abrazo, todo lo acabado
renace en el misterio de lo inmortal.

En la quietud de su reino eterno,
la vida encuentra su reposo ansiado,
y en el reflejo de su vasto invierno,
el alma vuela libre hacia lo sagrado.

May Hernández

Créditos al  creador de la imagen.

Crea tu propia página web con Webador