
¨Relación del adolescente con el adulto¨.
La adolescencia se considera un período crítico del desarrollo y una de las principales razones que sustenta esta valoración es la presencia de contradicciones entre adolescentes y adultos.
Según L.I. Bozhovich a partir del 4to grado comienza a convertirse en el motivo fundamental de la conducta del adolescente el ocupar dentro del grupo de coetáneos el lugar que aspira.
Los adolescentes desarrollan una mayor criticidad en la valoración de figuras adultas, en comparación con etapas precedentes, tanto en torno a los maestros como a los padres quienes dejan de ser autoridades sagradas. No obstante por el carácter dicotómico del pensamiento y la ausencia de una consolidación de algunas formaciones motivacionales, esta valoración es poco reflexiva y tiende a ser rígida.
En el caso de los maestros la aceptación del adolescente va a depender en mayor medida de su estilo de comunicación que de su preparación técnica o su excelencia como pedagogo.
En cuanto a las relaciones con los padres al inicio de la adolescencia la actividad del sujeto continúa estando muy centrada alrededor del seno familiar pero al producirse los cambios biológicos y en especial el proceso de maduración sexual, tanto en adolescentes como padres valoran el mayor nivel de madurez logrado por los primeros y sus potencialidades para la independencia.
Las relaciones de comunicación entre los adolescentes y los adultos dependen de diferentes factores entre los que puede mencionarse el nivel socioeconómico de la familia, el nivel escolar y cultural de los padres y en última cuestión pero no menos importante el estilo de comunicación que se ha venido desarrollando, entre padres e hijos en las etapas anteriores.
La necesaria emancipación del adolescente abarca varios planos, la independencia emocional, a la que contribuye la significación que tiene para su bienestar la aceptación por parte del grupo de iguales, la independencia en el plano conductual, ya que comienza a tener más posibilidades de autorregulación interna; y por último, la independencia normativa, pues sus intereses en sentido general no coinciden con los adultos, situación que se convierte en generadora de conflictos.
La causa fundamental que genera conflictos entre adolescentes y adultos es la divergencia de opiniones, en cuanto a los derechos y los deberes de los primeros. Esta divergencia se encuentra a su vez asociada por factores objetivos y subjetivos ya que por una parte el adolescente ocupa una posición social intermedia, continúan dependiendo económicamente de los padres, aun asiste a una institución escolar con vistas a lograr la preparación necesaria para su futuro y por otra parte muestra en ocasiones conductas infantiles o rasgos de inmadurez.
La familia de los adolescentes no siempre garantiza la satisfacción de las necesidades básicas del mismo, en esto influye las estructuras de las relaciones adolescentes-padres. A continuación se presentan distintos tipos de familias que agudizan las contradicciones que pudieran producirse entre ellos.
Familias rígidas: En ellas no se permiten nuevas reglas. Experimentan gran dificultad en el momento en que el crecimiento y el cambio son necesarios. Insisten en mantener modelos anteriores de interacción, son incapaces de aceptar que sus hijos han crecido y tienen nuevas necesidades.
En esta situación a los adolescentes no les queda otra salida que someterse, con toda la carga de frustración que implica, o rebelarse en forma drástica y destructiva.
Familia sobreprotectora: En ella se observa una gran preocupación para dar toda clase de protección y bienestar a sus miembros, al grado de hacer esfuerzos desproporcionados por darle todo.
La sobreprotección retrasa el desarrollo de la autonomía, hace al adolescente indefenso, incompetente e inseguro
Familia amalgamada: La felicidad en ella depende de hacer todas las actividades juntos, impidiendo la satisfacción de las necesidades individuales de cada miembro de la familia.
Es difícil para el adolescente vivir esta situación, pues él necesita independencia y privacidad y los deseos de lograrla son vistos como amenazadores por los demás miembros de la familia.
Familia evitadora de conflictos: En ella tienen muy baja tolerancia al conflicto, son personas con poca crítica y autocrítica, que no aceptan la existencia de problemas y, por tanto, no permiten el enfrentamiento y la solución de los mismos.
En este tipo de familia el adolescente no aprende a tratar de negociar las situaciones y con frecuencia no aguanta la represión y explota causando una crisis familiar totalmente sorpresiva.
Familia centrada en los hijos: En esta familia los padres no pueden enfrentar sus conflictos de pareja y desvían su atención hacia los hijos, dependiendo de éstos la estabilidad de la pareja.
Dentro de este medio el adolescente no puede crecer, se vuelve dependiente, ya que al separarse rompería el equilibrio familiar.
Familia seudo-democrática: Es aquella donde los padres son incapaces de disciplinar a los hijos y con la excusa de ser flexibles no logran establecer los límites necesarios, permitiendo que los hijos hagan lo que quieran.
Como el símbolo de autoridad es confuso, el adolescente se comporta de manera descontrolada, desmedida, destructiva y sin límites. Puede darse el caso de que se sienta poco atendido, abandonado, sin la comunicación que necesita para evacuar las múltiples inquietudes que surgen en él.
Familia inestable: Es aquella en las que las metas son inseguras, difusas, no se plantean, se improvisan.
El adolescente se vuelve inseguro, desconfiado, temeroso y experimenta gran dificultad en el desarrollo de su identidad.
Familia con un solo padre: En ella la responsabilidad de la familia recae en un solo padre, el cual se siente sobrecargado y reclama la ayuda de los hijos.
Recomendaciones a las familias y maestros de los adolescentes:
- Los maestros deben establecer un dialogo abierto y preocuparse por sus -inquietudes e intereses, relacionados con la vida en general y no únicamente con la esfera de los estudios.
- Con respecto a los padres es necesario dialogar en la familia, colegiar las decisiones. Respetar la diversidad de las individualidades y el derecho a la independencia de los hijos.
- Que se establezca un estilo de comunicación democrático, orientado a estimular la iniciativa y la independencia, unidas al sentido de responsabilidad de los adolescentes.
- Producir cambios en el estilo de comunicación con el adolescente, combinar una dirección firme y consecuente con la flexibilidad necesaria y la racionalidad de las exigencias.
- Los adultos deben explicar a los adolescentes el motivo de sus exigencias, promover reflexiones mutuas y aplicar la fuerza de su poder solo cuando resulte imprescindible.
Este es un trabajo realizado por May Hernández en el cuarto año de la carrera licenciatura en educación: Pedagogía-Psicología. Materia: Psicología del Desarrollo II. Año: 2018. Universidad de Matanzas ¨Camilo Cienfuegos¨.
Crea tu propia página web con Webador