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Te alejas

Te alejas,
porque en mi mirada arde el fuego
de lo que temes y lo que ansías,
el filo de tus sueños y tus abismos.

Soy lo prohibido,
el vértigo que susurra en la noche,
la sombra que respira en los rincones
donde entierras tus secretos más profundos.

Te alejas,
y en tu huida dejas un vacío feroz,
un eco que grita mi nombre
en el hueco de tus manos vacías.

Soy el riesgo,
la fruta prohibida que tiembla en el árbol,
la herida dulce que nunca cicatriza,
el deseo que arde en tus labios mojados.

Y tú te alejas,
como quien teme al fuego
pero se consume mirando sus llamas.
Como quien huye del agua
y, al cerrar los ojos, sueña con hundirse en su calma.

Yo soy lo prohibido,
y tú, el vuelo que no se atreve a nacer.
Pero en lo profundo de tu alma,
sé que siempre anhelas poseer. 

               May Hernández